martes, 19 de junio de 2012

La vida es sueño...

Estoy en Córdoba. Es una tarde fría y otoñal, con ese sol de las cuatro de la tarde. Camino por el centro, que bien conozco, pero con el típico paso de turista. Llego hasta uno de los tantos puentes que cruzan la tradicional Cañada. Veo que hay un grupo, que sigiloso y cada vez más numeroso, se va agolpando en una de las esquinas de piedra redondeada. Me acerco curiosa. Y allí está... una jirafa. Sus cuatro patas en el fondo, su cuello larguísimo que logra llegar a la superficie... y nos mira con su aspecto de bambi. Se rumorea que fue el intendente, quien la hizo traer desde algún lugar de África. Atolondrada, apenas se tambalea, seguramente preguntádose por qué fue a parar ahí. Los medios aún no han llegado, algo extraño en una ciudad grande, pero al mismo tiempo chica y ávida de primicias locales. De repente me observa con una mirada dulce y yo, maldiciendo no tener la cámara conmigo, saco mi smartphone intentando retratarla, de la mejor manera posible.

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