miércoles, 26 de octubre de 2011

Mi sista


"Fenanda, me toy caiendo"... decía con una voz bastante gruesa para sus apenas 4 años. Frase it del anecdotario familiar; y proveniente de ella: María José ( ó la Josi) como más les guste.
Es que más de una vez me tuvo que recibir de prepo en su cama, cuando eramos chicas y me agarraban esos miedos en las noches. Pobre santa... alguna que otra vez terminó en el suelo.
Se suponía que yo era la más grande... pero en la vida se suponen tantas cosas!!
Nos llevamos 5 años. Quién lo iba a decir?! Si hasta parecemos de la misma edad.

sábado, 8 de octubre de 2011

Nostalgia de París


Una amiga me dijo que la viera antes de viajar; pero yo le encontré más sentido ahora: Midnight in París, de Woody Allen.
Un guionista, devenido en escritor, viaja a la Ciudad de las Luces junto a su novia y la familia de ella. En ese húmedo verano- a medida que va encontrando cada vez más diferencias con quien supone que va a casarse- se obsesiona con la ciudad, sus antepasados culturales y la concreción de su primer libro.
Fruto de esto, comienza a (o cree) tener viajes en el tiempo, más específicamente a la París de Hemingway de los años 20.
De repente, un nostálgico del pasado como él, cumple el sueño de cruzarse con grandes figuras de la literatura, el arte y el cine de esos años dorados. Comparte fiestas con Scott Fitzgerald y tragos con un sexy Hemingway; debate con Buñuel, Man Ray y Dalí la posibilidad de convivir en dos mundos, a la vez que discute ideas con la influyente Gertrude Stein... y hasta se da el tupé de pelear el amor de una mujer con el mismísimo Picasso!
Éste perdido- en- el -pasado, interpretado por Owen Wilson (a mi entender perfectamente castineado para cumplir esos elocuentes y verborrágicos monólogos al mejor estilo del director), rompe la temporalidad hacia su época favorita... claro que la disfruta; pero vivenciándola en carne propia, sabe que no es más que una idealización; reconoce que el anhelo de lo que ya no existe, es sólo una manera de escapar a un presente, que la mayoría de las veces, no satisface. Y coincido.
Nostalgia es lo que me provoca este film, sobretodo el comienzo, con la música de fondo de “Si tu vois ma mère” (del compositor y músico de jazz Sidney Bechet) de lo más acertada para esta selección de imágenes de lugares icónicos parisinos, de aquellos que todavía no caigo que caminé… y hace menos de dos meses, en un verano como el que Allen relata en su película.
Viendo París en perspectiva, y a más de 11.000 km, confieso que le doy más valor que el que talvez le dí en esos cuatro cortos días; vuelvo a insistir, tal vez sea por el típico afán de lo que ya no está, de lo que quedó en un lindo pasado.
Volvería una y mil veces -y de seguro que así será- a pasearla por los 20 arrodisements que la componen, por que en definitiva para eso es París, "para caminarla", dijera otra amiga... hasta que el cuerpo diga simplemente basta.
París, le bien aimé... París, Je t´aime.