lunes, 27 de septiembre de 2010

Buenos Vecinos

En la puta vida me relacioné con un vecino, o por lo menos no lo recuerdo. Al vivir en una casa grande ni me enteraba lo que sucedía medianera de por medio. Mis vecinos eran casi inexistentes, tampoco era muy "simpática" que digamos, así que solía pasar desapercibida también para ellos. Pero desde que estoy en Buenos Aires, tuve que obligarme a ser un poco más dada (uno nunca sabe si va a necesitar el auxilio de alguien... y más viviendo sola!)
Así que como que estoy más enterada de lo que sucede en los espacios colindantes, incluso más de lo que quisiera.
Vivo en el 6 sexto piso. Mi balcón da a un pulmón de manzana que es tannn angosto que casi puedo tocar la pared de enfrente con mis manos. Este pasillo en altura hace que los ruidos y los olores se concentren mucho más. Así que conozco un poco de la vida y obra de varios de mis contiguos. Puedo decir que mi vecina del 5to A le pone curry hasta al postre, que los del 4to D casi ni sienten la crisis de la carne (y la comen hasta en el desayuno), que la doña del 6to A lava ropa día de por medio (y que día de por medio su eslabón de lujo me despierta antes de tiempo).
En el 2do vive una pareja gay, que cada 15 días, sobresalta a todos con sus llantos y lamentos; confieso que más de una vez quise llamar a los del 911, hasta que me di cuenta que es algo rutinario.
Mención aparte merece mi vecino del 3ero D. Un karma con todas las letras, dolor de huevos para los hombres y de ovarios para las mujeres. Ser in-su-fri-ble, que vive como si fuese el único en todo el edificio. Mal educado, guarango, sus intimidades son cuestión pública, inunda los ambientes cada dos horas con sus porritos y ensucia los balcones con sus escupitajos. Deplorable.
Por supuesto que no falta la loca del edificio, sí sí. Vive en el 4to. Cada tanto me la cruzaba en la entrada, y siempre la esquivaba, hasta que una vez me sorprendió bajando las escaleras. Estaba apoyada en el marco de su puerta, me miraba silenciosa. Escuche algo así como que le hacia recordar a su hija. Ni le respondi, con mirada condescendiente bajé disimulando la taquicardia producida por el temor de terminar cual Julieta Diaz en ese capítulo de "Mujeres Asesinas".
Sería injusto no referirme a José, portero prototípico, venido de la tierra del guaraní, vago y metido como pocos.
Ay ay ay... una pinturita mis vecinos. Eso sí no me puedo quejar que entretenida me mantienen. Sólo faltaria (para el cartón lleno) el vecinito interesante, ese a quien pedirle una tacita de azúcar si se hacen más de las 10... pero para variar "ese vecinito" no vive en este edificio.
Que lo tiró!

jueves, 16 de septiembre de 2010

Cachi treinta

No es moco de pavo, me queda un día, mejor dicho horas... y a otra cosa mariposa.
Hace casi treinta no sabían si llamarme Pablo (nombre que de hecho llevó luego mi hermano) ó María Fernanda (por la Mistral, la de las telenovelas). Hasta que tipo tres menos cuarto aparecí... de jodida nomás, haciendo madrugar a más de uno en esa clínica de la calle La Rioja.
Tres kilos seiscientos, virginiana hasta el tobillo y con una pizca de sagitario (por la ascendencia... y menos mal).
Mis padres me sufrieron un poco más que al resto. Fui la primogenita. Por eso mismo también lo sufrí yo (por que es verdad que solemos ser los más "atendidos", tengo fotos de cada instante vivido) pero también los más exigidos, cargando el "estigma" de ser el ejemplo, aún cuando no querramos ni nos salga.
Y heme aquí con 30 años...¿ quien lo creería?!!
Años "a" los hubiera vivido como un karma ( por esto de los mandatos heredados y/o autoimpuestos) pero la verdad de la milanesa es que, a horas de una nueva decada, me sorprendo relajada dandoles la bienvenida... total dicen que son los nuevos 20... y total también me dicen que ni los aparento...

miércoles, 15 de septiembre de 2010

domingo, 12 de septiembre de 2010

Cuenta pendiente

Es sábado a la noche y decido no salir.
Menage a trois de vino (terapia de momento), internet y quien escribe.
Hasta que se conecta al chat.
¿Se acordará de mí? Historia rara si las hay.
¿Le escribo? Mmm... sí, que más da.
Semana Santa del 2003 en Cuesta Blanca, y él cayó con el primo de mi amiga.
Dos días bastaron para que hubiera una conexión (¿habrá sido por que es de géminis?)... pero nunca más nos vimos, talvez por que eramos chicos... e inexpertos.
Minutos después responde, tímido al principio.
Palabras van, palabras vienen, vuelve la confianza (talvez por el "entone"). Él con fernecito (desde una provincia del norte) y yo con mi vinito (desde la Capital).
Enterarme de ser un recuerdo que duró y durará por siempre me dejó un tanto trastornada, a lo que siguió la noticia de su "inminente casamiento"... Channnn... quelle dommage.
Dos horas y un abanico de tópicos chateados: miedos, trabajo, compromisos, frustraciones, expectativas. El bendito cambio de década- entre medio un análisis del video de Roberto Carlos y su millón de amigos, cosas no dichas (ni hechas), arrepentimientos, espinas atragantadas, lo que no va a ser... Y más de una noche mágica e inocente(que hasta el día de hoy da tela para cortar).
Charla virtual.... loca por cierto.
Saldamos deudas como quien dice, pero quedó algo pendiente?.
La puerta queda abierta, nunca se saben las vueltas de la vida.